Oración “Maestros de la Cirugía Colombiana”: Reflujo gastroesofágico. Ayer, hoy y mañana
Resumen
De acuerdo con el título que me inventó el doctor Hernando Abaúnza, voy a hacer un recuento del reflujo gastroesofágico en Bogotá que comprende los primeros 30 años hasta 1986, el Ayer, los siguientes quince años, el Hoy, y lo que nos traerá el Mañana, con las nuevas innovaciones tecnológicas.
La esofagitis péptica, hacia la mitad de la década de los 40, estaba vagamente asociada con la existencia de la hernia hiatal. Aunque la hernia hiatal, aunque esta última había sido descrita por Ambrosio Paré en 1580, solamente se relacionó con esofagitis y reflujo hacia 1935 con Winkelstein, quien estuvo en Bogotá alrededor de 1949, con un grupo de gastroenterólogos del Graduate Hospital de Philadelphia pertenecientes a la Sociedad Henry Bockus, con quien la mayoría de los gastroenterólogos colombianos de esa época se habían entrenado, dictando un curso en el famoso Consultorio de Especialistas de la calle 42. Fue la primera vez que nosotros, en ese momento haciendo internado, oímos el término de esofagitis péptica.
El tratamiento de la hernia hiatal era quirúrgico y muy discutido, dado que la mayoría de pacientes era asintomática, y consistía en la reducción a la cavidad abdominal del estómago herniado al mediastino con sutura del diafragma por encima del fondo gástrico. La técnica más conocida era la de Sweet, de la Universidad de Harvard y cirujano de tórax del Massachusetts General Hospital, en la ciudad de Boston.
Los resultados eran uniformemente malos, puesto que no se hacía nada para corregir las anormalidades de la unión gastroesofágica y la insuficiencia del esfínter esofágico inferior, entre otras cosas porque no se comprendía cuáles eran sus funciones, ni cuál era su papel ni siquiera si existía.
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